
Aplicando una novedosa técnica de impresión en 3D, sus tres casitas hubieran estado listas en unas horas, resistir vientos y tempestades, fabricadas con toda garantía, a prueba de lobos. Pero lo bueno de esta historia es que no es ciencia ficción, porque la empresa china Winsun es capaz de hacer el milagrito: construir en un santiamén casas económicas y ecológicas mediante el reciclaje de desechos mineros y de materiales de la construcción, que parecen tan resistentes como las convencionales.
Una casa en unas horas
Es el último grito en impresión 3D, que lo mismo que nos sorprende con la fabricación de objetos cotidianos de todo tipo, llega ahora a la arquitectura para proponer una alternativa revolucionaria. Aunque investigadores californianos ya habían demostrado que se podía imprimir a gran velocidad, nunca se había logrado en la práctica.
El resultado de este experimento de Winsun ha sido asombroso: 10 casas unifamiliares de 650 metros cuadrados en sólo 24 horas, para lo que utilizó cuatro impresoras enormes (10m de ancho x 6,6 m de alto), cuya tinta es una mezcla de residuos y cemento que se seca rapidamente. Su precio, otro bombazo, rondó los 4.800 dólares.

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