Con ello, se beneficia al medio ambiente por partida doble: se usan los desechos, que no acabarán en los vertederos, y se genera energía renovable. El objetivo del alcalde es gestionar hasta 100.000 toneladas de residuos orgánicos al año, lo que supone el 10% de los desechos alimentarios de la ciudad.
Desde el pasado abril, un centenar de restaurantes de la ciudad se unieron de forma voluntaria a un plan de recogida de desechos de alimentos. Para el próximo año, se espera que se unan unos 150.000 hogares, un centenar de rascacielos y 600 escuelas. La idea es que, para 2015 o 2016, toda la ciudad recicle las sobras de la comida.
Este programa de compostaje es voluntario. De momento. En unos años, no separar los residuos orgánicos podría ser castigado con una multa, como ocurre ahora con el reciclaje de papel, plástico o metal.
Se reducirán las emisiones de gases de efecto invernadero

Nueva York, actualmente, envía su basura a vertederos de Ohio, Pensilvania y Carolina del Sur. El nuevo plan de compostaje ahorraría dinero y las emisiones asociadas al transporte de esa basura.
Otras grandes ciudades de Estados Unidos, como San Francisco, han puesto en marcha programas de compostaje similares. Pero en el caso de Nueva York es todo un reto debido a la densidad de población.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario