
Se necesita:
- 1 gramo de levadura de panadería
- 4 cucharadas de azúcar
- 200 ml de agua
- Una botella de plástico desechable de 2 litros
- Cartulina o papel negro
- Cinta adhesiva (scotch)
- Un recipiente apto para calentar
Paso 1
Se corta la botella de plástico medio centímetro antes de que comience a disminuir su diámetro (circunferencia) hacia el cuello de la botella. Se debe cortar de forma pareja y horizontal, pues ambas partes de la botella son necesarias.

Paso 2
Paso 3
Cuando está fría el agua, se añade la levadura sin mezclarla a fin de que dure más tiempo la reacción química. Esto producirá dióxido de carbono (CO2) en pequeñas cantidades, que es el principal atractivo para los mosquitos.
Paso 4
Se pone la parte superior de la botella en forma invertida, como si fuera un embudo. A continuación se sella con cinta adhesiva los bordes, a fin de que el CO2 salga sólo por el centro del recipiente.
Paso 5
Finalmente, se cubre todo el recipiente alrededor con la cartulina negra, a fin de oscurecer el interior. No se debe tapar la parte superior.

La trampa se debe poner en un rincón oscuro y de preferencia húmedo. En exteriores, debe estar en una esquina o colgado del techo, cuidando NO perforar el recipiente para colgarlo, estando a la sombra y a resguardo del viento.
Tras dos semanas, se deberá retirar la cartulina, desarmar el embudo, y lavar la gran cantidad de mosquitos que han quedado atrapados dentro. Luego se puede repetir el procedimiento y volver a montar la trampa.

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