
Desde comienzos del siglo XX, el consumo de agua dulce se ha incrementado por siete en el planeta. A lo largo de los últimos treinta años, las cantidades de agua disponibles han pasado de una media de 12900 m3 a 6800 m3 por habitante y por año.
El consumo de agua en el planeta alcanza a los 4.000 millones de m3, lo que es superior a las capacidades de renovación de las reservas. Al ritmo del crecimiento actual, este consumo alcanzaría los 4.700 millones de m3 por año de aquí al 2020.
En cifras globales, las reservas de agua por habitante y por año son de 6.600 m3 en 2010, y las previsionesindican que en 2025 serán de 4.800 m3. Unas cifras inquietantes puesto que eran de 15.000 m3/año/habitante en 1995. El riesgo de penuria existe cuando estas reservas alcanzan los 1.700 m3/año/habitante.
El crecimiento de la población mundial aumenta las necesidades de agua de 64.000 millones de metros cúbicos por año, es decir más de 2 millones de litros por segundo de más.
Entre 1991 y 2000, las sequías produjeron la muerte de más 280.000 personas; y representan 11% del conjunto de las catástrofes naturales relacionadas con el agua.
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